lunes, 13 de julio de 2009

Se cuenta de un grupo, minoritario, pero no por eso menos influyente (o al menos eso quieren ellos), que acostumbra a tomar conceptos baratos consumidos solo en la superficie. Ellos gastan su dinero en chicle barato, el cual, obviamente, consumen. Este chicle barato, más esos conceptos también baratos, en sus vacías bocas, forman una pasta homogénea y espesa. Luego, como un acto de bullyng, lo pegan en el pelo de los más pequeños, que no pueden defenderse; así, estos pequeños crecen con esa masapastahomogénea fea pegada en el cabello.
Con el tiempo, pocos son los que se atreven a cortarse el pelo, a raparse. Algunos lo hacen mucho más allá. Más allá de las raíces del cabello; más allá del cuero cabelludo, la piel y el cráneo. Los hay quienes llegan al cerebro, y desde ahí cortan la raíz de la conceptualización mercantilizada barata con la cual crecieron...

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