miércoles, 24 de junio de 2009

Dialectical



Ahí. Aquí. Entonces. En el centro de una encrucijada. Arrastrada por la fuerza centrípeta de las circunstancias. Como una circunferencia cuyo centro son todos los puntos de la tierra. Como el aleph: el puntomomento exacto de la verdad. La fragilidad del pasado; las imágenes superpuestas a la realidad. Al medio de una balacera: entre los dos actores de la lucha de clases. Lo necesario. Dos-tres realidades en un mismo plano. Lo que ocultan las encuestas. El lado oculto de la vida. Vida=Capital=Razón=Suicidio. La víctima que no debía ser víctima. Irracional tampoco. La muerte y el sufrimiento de los que no deben serlo: los buenos siempre mueren. El límite que marca la división de clases. El ataque desviado, la atención perdida: la sangre derramada. El enemigo mira, observa. No hago nada para desaparecer. Una verdad que nos une; una realidad mutua que nace mucho antes de conocernos, de hablarnos, de mirarnos: la trascendencia. la inmortalidad. El ramo de frustraciones que se arma. La coreografía que se desmantela por el punto mal tejido. Las enajenaciones mal buscadas: buenas y malas ideas. La correctialidad.El error visto en el otro. El dinero, el futuro, las buenas costumbres, las costuras firmes de su ropa; la frustración, el abandono, la tristeza, el amor verdaderamente verdadero. Las certezas de la inseguridad. La única verdad que importa, que vale; la verdad que sabemos, de la única que tenemos certezas...

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