jueves, 10 de septiembre de 2009

Hoy se cumplen treita y seis años desde que mi padre, en la máxima expresión de placer que un ser humamo pueda alcanzar (o lo que algunos llaman orgasmo), eyaculó dentro de mi madre, mientras en todas las pantallas del país se multiplicaba la imagen de los aviones bombardeando la casa de gobierno de la República de Chile.

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